La Bambula es sinónimo de fiesta y eso es exactamente lo que se va a montar en el polideportivo de Ejulve desde primera hora de la noche del sábado 21 de julio. El suyo es un directo espectacular, sin pausas, con canciones directas que entran a la primera y un tempo endiabladamente marchoso.
Una explosión controlada de ritmos jamaicanos y latinos, con guitarras cargadas de electricidad, una sección rítmica de altos vuelos, una de vientos poderosa y una voz con carácter y discurso propio. Esta es su carta de presentación.
La banda es una de las propuestas más incipientes de la escena mestiza. Un nutrido grupo formado por miembros provenientes del Barcelonés, Vallés, Maresme, Euskal Herria y Portugal, que han encontrado en Sant Andreu de Palomar su punto de reunión. Su recorrido ha sido fulgurante. En su primer año de vida (2016), y con tan sólo un EP de tres canciones, lograron llamar la atención de público y programadores.
En 2017 iniciaron su segunda temporada con 366 (U98 Music), su disco de debut bajo el brazo. Una obra donde exhiben todo el talento y potencia que han mostrado en el escenario y se postulan como una de las nuevas bandas a seguir.
La fórmula de la Bambula para confirmar este estatus es imbatible: Canciones festivas y bailables, con fondos y conciencia social, donde están muy presentes el humor y las ganas de luchar contra las dificultades que nos van poniendo delante.